Tenía que ganar y lo hizo. Boca necesitaba retornar a la senda triunfal luego de encadenar dos empates por la Copa de la Liga Profesional y una derrota en su debut en la actual Copa Libertadores; pero sobre todo para respaldar a su entrenador que parecía estar entre la espada y la pared.
No jugó bien, otro de los puntos que se le reclamaban. Pero a esta altura importa poco. En la fase de grupos del principal certamen continental, hacerse fuerte en casa es crucial para tratar de llegar a la etapa más importante de la competencia. Y lo hizo.
´Boca logró el 2 a 0 ante los bolivianos de Always Ready en el último suspiro del partidoEl “Xeneize” lo necesitaba y lo necesitaba Sebastián Battaglia. Y eso es lo que vale. Los tres puntos son la cuota de aire, el bálsamo perfecto de un club que, de un tiempo a esta parte se acostumbró a vivir el día a día. Claro, contó con un Darío Benedetto en estado de gracia, que hizo lo que todos esperan de él. Fueron dos gritos con furia para sentenciar el 2-0 sobre el entusiasta Always Ready, para acomodarse en su grupo y dar el primer paso en búsqueda de su gran y viejo anhelo.
Boca en la Libertadores: Crucial en todo sentidoPol Fernández y Exequiel Zeballos fueron los puntos más altos de un equipo que sigue en deuda desde lo futbolístico. Le falta juego, no le sobra astucia y es algo lento para realizar las transiciones. El ex Racing y el santiagueño fueron los motores del equipo a lo largo de todo el juego y a ellos se les sumaron Óscar Romero y Eduardo Salvio, quienes en el complemento aportaron a la causa para asegurar el triunfo; justo cuando Boca jugaba más suelto por tener un hombre más en cancha (Rodrigo Ramallo vio la roja por una acción brusca antes del final de la primera mitad).
El complemento no ofreció demasiado. Primero porque Boca estaba cómodo con el resultado (y no se le caían demasiadas ideas para ir por más) y porque los bolivianos, disminuidos por jugar con un hombre menos, no le encontraban la vuelta al partido.
Boca en la Libertadores: inicio para nada auspiciosoBattaglia apostó al doble “9” con Benedetto y Luis Vázquez y junto detrás de ellos a los que pueden darle más juego asociado: Salvio, Romero y Juan Ramírez. Así llegó al 2-0, el de la sonrisa y el alivio.